hay cosas que me gusta recordar de los santos y de las oraciones...
e pensado en muchas cosas, y aquellos que eran del pasado han llegado a mi mente con sonrisas y a la vez con palabras hirientes...
mucha energía que se gasta tratando de mantenerlos a raya... mucha energía que se gasta pensando en lo que ya pasó... como si ahí estuviera la respuesta... a tantísima duda frente a mis pasos. es triste cuando esto llega a tu mente al mismo tiempo cuando hay gente a tu lado que requiere de tu atención y de tu energía... triste porque me hablan, los miro, y no entiendo lo que dicen, porque me sonríen y me pillan desprevenida, me preguntan si a pasado algo y yo respondo: nada...
triste porque ellos no tienen la culpa de que en ese segundo estes viviendo en el mundo doloroso y apocaliptico de lo que ocurrió.



aveces mi cabeza da vueltas y no veo a nadie, veo tristeza, odio e injusticia... no en el mundo, sino en mi mundo pequeño... y ahí comienzan los deseos de apartarse y de seguir caminando sola por los senderos... es una sensación reconocible, de hecho muy conocida, que vuelve de aquella asesina que yo era (y que aún soy) y me empuja lijeramente... suspiro...