No hay momento de descanso, ni un solo segundo...
La tristeza siempre ha venido de familia. La perdición nos llega a través de los días vividos.
¿Hay miedo?
No.
Hay una exquisita sensación de desafío...
Al final, ya lo sabrás, la que siempre queda en pie soy yo.
This entry was posted
on 17 de septiembre de 2008
at 11:56 p. m.
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.