Ella me mira y se ríe de mí. Ruidosamente. Camina a mi alrededor y mueve su cabeza en son de negación, divertida. Estás a un pelo de dejarme salir...
Cierro los ojos, los cierro fuerte. Mi corazón grita desesperado y angustioso. Pero nada parece detener a la pena que viene caminanado a paso lento.
No quiero escuchar a nadie, no quiero que me adviertan más cosas, no quiero ni risas, ni gritos. Ojala el mundo se silenciara... ojala sostiviera un segundo la respiración para dejarme pensar tranquila.
Vendrá el odio y la sangre... la rabia y las lágrimas.
Risas y gritos...
¿De quién es esa mano que trata de ayudarme...?
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on 6 de junio de 2009
at 5:50 p. m.
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