Cada vez queda más poco, y tengo tanto miedo...
Los muros de mi alma han sido traspasados, la guardiana, la asesina de la katana se ha perdido, se ha escondido o quizás murió, sin que me diera cuenta...
No conosco esta parte, nunca he estado aquí, hay colores que no conocía, sonidos que no conocía. Todos se acercan, acaso son míos?
Las palabras, una trás otra, dónde me han traído? Por qué llegué a este lugar tan profundo? Tan largamente escondido?
¿Acaso esta soy yo?

Creo que mi camino esta cada vez más fangoso...
Todos gritaban al mismo tiempo a mi alrededor: ¡No hagas nada, que es peor!
Yo crei por primera vez en mucho tiempo. Pensé: Nada me cuesta provar alguna vez... nada me cuesta no ser terca alguna vez en mi vida....
la asesina se quedo quieta, quietisima, cerró los ojos con fuerza, se rodeo con sus brazos y contuvo el aliento.
Pero las cosas fueron peores, quedo entrampada hasta las piernas....
Las voces a mi alrededor se han quedado mudas y ninguna mano se extiende hacia mi para ayudarme. Hubo quién para salvarse del barro pasó sobre mis hombros, algo que por suete no me hundió más...
Es difícil creer, pero esto no me ha desanimado por completo, solo ha vuelto mi semblante un poco más tristre. Los demás se van para poder pasar sus propias fozas, es natural que me olviden, sobre todo porque yo no he gritado por ayuda...
Tratar de salir por mi misma me ha hecho observar con más detención el camino, y a la vez poder mirar las estrellas con más detención en mi noche...
Estoy cansada, pero no decaigo más, los años me han ayudado, y hay una fortaleza desconocida...
Quizás, la encapuchada me ayude... a lo mejor me extiende su espada...

Aún recuerdo nuestras risas...
También recuerdo como yo lo seguía a todos lados...
Son cosas tan lejanas y que han cambiado tan bruscamente, que casi las he olvidado. Claro, yo era realmente muy pequeña, pero para él deben ser sucesos que solo pasaron ayer, hace un minuto, y yo soy solo un espejismo, una mala jugada de sus ojos, un fenómeno del tiempo.
Ambos tratamos de vivir juntos, ambos tratamos de confiar mutuamente. Me gusta que este ahí, aunque realmente no este. La vida si que nos ha separado...
No puedo escribir claramente, pero solo puedo pensar en que me gustaría algún día devolver lo que me dió. Todo su esfuerzo, su paciencia, y no menos importante: su cariño...
Por ahora, lo miro, todavía sigo sus pasos, lentamente... nadie ha perdido su rumbo, aún...

Muchas veces hay días como estos... y fin de semanas como estos... y semanas como estas...
Realmente no puedo decir que estos aburrida de estas situaciones, pero si quizás algo que no es menos grave: ya estoy acostumbrada...
No hay mucha energía para deprimirse, ni alguno que otro pensamiento para ver las cosas más claras. Ayer me hubiera gustado salir al mundo, pero ya era tarde y no había lugar donde ir... a donde huir...
Estoy agotada, pero es un nuevo día y me exigen funcionar. Por lo menos he podido detener con esto la corrida de pensamientos que atochaban mi mente...

Amo la lluvia.
Pienso en todas las cosas malas que produce y en toda la gente que terminan en pésimas condiciones y como parece derrumbarse todo...
Pero no es solo la tierra, no son solo las casas.
Recuerdo momentos simbolicos, asociados a la lluvia: Yo viendo mi vida deslizarse por el peso de las consecuencias, lentamente, sin poder hacer nada.
El agua que todo lo arrastra... no queda nada ante tus ojos... El torrente que no deja más rastro que un paisaje debastado...
Pero recuerdo también aquellas lluvias de rocío suave. Son las que limpian el ambiente y se van tan imperceptiblemente que son casi como un sueño...

Si ven a una niña con paraguas de panda saltando de charco en charco, sabrán quién es.