Posted by Rakeru Viu

Los momentos de confusión son cada vez más seguidos, pero por una extraña razón, son cada vez más cortos. Mi mente ha vuelto a construir una muralla gigante, pero esta vez, la asesina se ha quedado afuera. Yo miro su actitud dolida, cómo me observa desde afuera y como se sienta y simplemente espera.

Te quiero, desde lejos. No me puedo acercar, no hay remedio para ello. Tengo una suave esperanza, de olvido. Pero aunque sufro, estoy tranquila. El cariño es lo único que me asegura que aún estoy viva y que sigo sintiendo cosas.

Posted by Rakeru Viu

Cuando estaba en el sur, tuve un sueño curioso. Una persona que había sido hermosa, ahora era una con una gordura morbida, donde su piel era grasosa y sus ojos estaban muy inchados, como si hubiera llorado mucho. Yo sabía quién era, lo reconocía por sus ojos y su pelo. Él se acercaba a mí, trepaba hacia mi cuerpo, para quedar sobre mí, pero yo lo rechazaba. Él retrocedía y volvía a llorar. Entonces, una joven, aparecía, y me decía con mucho dolor, que por qué rechazaba a esa persona, si aunque ya no era un hombre bello, había cambiado mucho por todo lo que le había pasado y era una persona diferente. Yo la miraba conmovida y de pronto me sentía culpable, quería pedirle perdón a ese hombre. En ese momento, me dí cuenta que la niña tenía una pierna ortopédica, cosa que yo no había notado antes, porque ambas estabamos sentadas en una cama y estabamos enrredadas entre las sábanas.

Lo curioso del sueño, es que ambos personajes son gente que conozco, pero que no tienen nada que ver una con la otra. Sus apariencias físicas estaban lejos de ser las que tienen actualmente, pero es cómo si por un momento hubiera visto el futuro. Le conté a una de ellas y se sonrió ante este último pensamiento. Hoy volví a soñar con el hombre y de pronto recordé este sueño.

Hay momentos en que extraño la presencia de ciertas personas. Hoy no es ese día.

Posted by Rakeru Viu

Hace un par de días, al momento de llegar de Ritoque, mi mamá nos contó que mi abuela estaba enferma. Mi abuela ha sobrevivido a muchas cosas. La verdad es que, la vida ha sido muy dura con ella, pero en este momento, se pude decir que está viviendo en un lugar cómodo, dónde todos la atienden y ella puede hacer una vida normal y con muchas garantías. Su departamento al lado del cine Hoyts fue un logro de muchos años de esfuerzo.
Mi abuela materna ha sufrido de diversos males durante su vida. Uno de los más graves fue un tumor en la cabeza que el extirparon cuando yo era pequeña. Mi memoria ya estaba clara para ese entonces, pero de todas maneras, no hay muchas pistas de lo que sucedió. La razón es muy clara: a los niños no se les cuentan ni se les explican las cosas que les pasan a los adultos. Recuerdo días en el hospital naval, dónde algún familiar se quedaba en el primer piso con nosotros, los niños, porque no podíamos subir a ver a mi abuela por nuestra corta edad. También recuerdo una fea cicatriz y una cabeza calva.
Mis abuelos maternos siempre fueron más lejanos que mis abuelos paternos, por muchísimas razones que no vienen al caso. Por eso casi nunca habló de ellos. Tampoco los voy a visitar muy seguido. Por muchísimas razones las cosas no son muy cercanas con ellos.
Mi abuela vuelve a estar enferma y por primera vez, será algo inoperable/intratable. Su enfermedad es el Alzheimer. Es simple pensar que sólo consiste en olvidar. Mi mamá tiene espearanzas de que pase todo muy lentamente y yo creo que desde ahora en adelante ya no hay nada seguro.
Despúes de todo esto, este espacio, tan simple, pasa a tener aún más importancia. ¿Por qué?, se preguntaran ustedes. Es común de esta enfermedad sea hereditable, por lo tanto, mi mamá puede padecerla, o aún más, yo puedo padecerla.
Así, quedará este lugar para siempre, por siempre jamás. Quizás, algún día, olvidaré las letras, las palabras (mi abuela comenzó olvidadndo los números) y no pueda escribir. Si llega ese día, ojalá pueda recordar un tiempo más leer. O escuchar, porque si estoy viejita, quizás alguien me pueda decir lo que pasaba por mi mente, una tarde como hoy, dónde aún todo parece tener sentido y mi memoria es uno de los tesoros más valiosos que tengo y mi peor maldición...