Aveces miro mi cuerpo y observo todas las heridas que hay en mi piel; pienso, realmente un guerrero debe estar orgulloso de sus cicatrices, un guerrero debe levantar la cabeza ante las batallas que dejaron huellas profundas.
No es tan simple despúes de todo. Cuando hay personas que pasan con su piel lisa de tod mal y parecen ser felices, creo que aparece la pregunta: debí haber batallado con tanta fuerza?, debí haber perdido tanta sangre?, debí haber estado tantas veces tan cerca de la muerte?
Todo en mi vida siempre dice que si...
La dinastias y la sangre siempre te empujan, siempre son más fuertes. Aveces es curioso como las personas se olvidan de las palabras que han soltado de sus labios y las remplazan, simplemente.
Me gustaría no tener tan buena memoria para algunas cosas y tan mala para otras, quizás mucho más importantes; había una época en que mi memoria nunca fallaba, pero eran tiempos en que la salud era de mejor calidad y mi mente no se sentía tan derrotada.
Despúes de estos segundos de malos pensamientos, sigo mi vida sin ceder ni un segundo. Quizás cuando sea el día de mi final, diré entre los delirios con orgullo: Una vez no luche hasta el final... pero de esa vez... no me arrepiento...