Posted by Rakeru Viu

La asesina ya no está tranquila...
Está atenta a todo a su alrededor, está con un ojo en todos los rincones.
No me deja concentrarme, me murmura constantemente lo que debería estar haciendo, lo que resulta de bajar la guardia, los peligros que habitan en todos lados...
Pero ella quiere a sólo una persona bajo su filo, sólo quiere a un lamento, una herida, una sola sangre derramada...
Yo tiemblo ante sus venganzas y luego suspiro, lejana. Ni siquiera trato de debatir contra sus razones. La prudencia era parte mía, no de ella. Pero no le importa mi silencio, nada la cansa, nada parece hacerla desistir. Hasta que aparece... y ella calla expectante.
¿No parece el colmo que el problema y la solución dependan de los mismos momentos?
Sólo un segundo de tranquilidad que pasa tan rápido como el momento en que el cazador se da cuenta que el momento perfecto para caer sobre su presa, el tan esperado, el tan planeado, se va...

Y entonces comienzan las protestas.

This entry was posted on 25 de agosto de 2007 at 9:04 p. m. . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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